jueves, 14 de abril de 2011

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En nuestra acción educativa tenemos en cuenta un principio básico: el alumno/a es el sujeto de la propia formación, necesita ayuda y apoyo en su proceso formativo, interviene activamente de acuerdo con las exigencias propias de la edad, y asume responsabilidades y niveles de participaciónproporcionados a su capacidad y madurez.
En el ejercicio de sus Derechos y Deberes, reconocidos por la legislación oficial vigente y, en la medida de sus posibilidades y niveles de desarrollo, los alumnos y alumnas encuentran en nuestra Escuela posibilidades de participación muy variadas, mediante:
La expresión de intereses e inquietudes a través de la relación educativa que tienen más a través de la relación educativa que tienen más a su alcance: tutores, profesorado, etc.
El intercambio de puntos de vista con los educadores sobre la marcha del propio grupo-clase, nivel o sección, así como de los acontecimientos de su entorno.
La asunción de responsabilidades en la dinámica propia del aula: aspectos materiales, personales, procesos de aprendizaje, didactica.
La organización de grupos-asociaciones con el objetivo de canalizar opiniones, promover actividades, proponer acuerdos, tomar decisiones, asumir compromisos, evaluar realizaciones, etc.
La participación directa, o por delegación, en los órganos colegiados de animación y gobierno para elaborar, realizar y evaluar el Proyecto Educativo-Pastoral del centro, proponer iniciativas, colaborar en la toma de decisiones, compartir responsabilidades.
Nuestra Escuela considera a cada alumno/a, como persona libre y principal responsable y protagonista de su propia realización.
Sin embargo, persuadidos de que no pueden hacerlo solos, tratamos de ofrecerles un acompañamiento respetuoso, estimulante, dinámico y sugerente que les ayude a desarrollar todas sus posibilidades.

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